Hay que tener en cuenta que este país posee diferentes climas en función de la región de que se trate. No obstante, el clima en Turquía es templado, siendo de tipo mediterráneo en las zonas de la costa.

En la parte del Mar Negro, por ejemplo, el clima es oceánico, que se caracteriza por veranos muy cálidos y lluviosos, e inviernos fríos y también lluviosos. En las montañas, el termómetro marca una media de 1ºC durante el invierno mientras que, en verano, alcanza los 30ºC. En Anatolia, el clima es continental, con lo que las diferencias de temperatura entre el invierno y el verano son bastante extremas.

Si vamos a viajar al norte del país, y visitar por ejemplo Rize, hay que saber que aquí llueve durante todo el año, mientras que, en Ankara, situada en el interior, las lluvias se concentran en invierno y primavera. A su vez, la región más inhóspita de Turquía es Antitauro, con fríos glaciales y veranos muy cálidos y áridos.

Con todo esto, los mejores meses para viajar a Turquía son de marzo a mayo, y de septiembre a principios de noviembre. Entre mayo y septiembre lo mejor es visitar el norte, donde las temperaturas son más agradables. Pero vamos a ver cuándo es la mejor época para visitar este país, según la región que queramos ver.

Para visitar la costa turca bañada por el mar Egeo, y descubrir Izmir, Éfeso, Pérgamo o Bodrum, lo mejor es hacerlo entre marzo y octubre. Estos meses no solo disfrutarás de buen clima, sino también de festivales culturales y mucho sol para bañarte en las cristalinas aguas de las playas.

Otra cosa a tener en cuenta es que la primavera y el otoño, son preferibles al resto de la temporada, si quieres evitar la masificación turística, sobre todo durante los meses de verano, que coincide con las vacaciones de muchos europeos.